Cuanto antes aprendan a leer, mejor. Verdadero o falso.
Falso. Diría yo si solo tuviera que dar una respuesta. Y a lo largo de esta entrada os explicaré los motivos.
Seguro que hemos oído está afirmación numerosas veces y no hay una respuesta universal, como en la mayoría de los casos, cada niño tiene su propio ritmo y eso debemos respetarlo.
Los niños empiezan a leer cada vez antes y todavía está por verse a largo plazo que efecto está teniendo esto en nuestros niños. Leer no solo consiste en juntar letras y aprender la técnica, sino que también tienen que comprender lo que leen, escribir correctamente y con coherencia y en eso fallan nuestros niños.
Por ejemplo en Finlandia los niños no aprenden a leer hasta los siete años. Incluso, ven contraproducente empezar antes; pero a los nueve ya ocupan uno de los primeros puestos del mundo en competencia lectora.
¿A qué se deben estos resultados? Como en la mayoría de los casos, es un esfuerzo que tiene que realizar toda la sociedad, empezando por los padres que confían en los profesores, el estado que potencia una educación pública y que no modifica ni una ley educativa sin consenso político y evidentemente su método educativo, un método que se basa en la madurez del alumno, solo enseñarle cuando está maduro y abierto para el aprendizaje, pues en Finlandia la mitad de los niños no va a preescolar y entran en la escuela a los seis o siete años.
Los que van a preescolar se dedican a jugar, si, a jugar. Pintan, hacen garabatos, se potencia el juego simbólico, la creatividad sin nadie que les diga de que color hacer el dibujo o cuantas letras y números tienen que escribir a lo largo de la mañana. A través de los juegos se trabaja cómo organizar el material, ordenar tamaños, resolver problemas con los amigos…”, apunta Mari Carmen Díez. Para las matemáticas, por ejemplo, más importante que copiar el número 1 es “manipular, explorar y contar cosas”, explica esta maestra, aunque no se sepan aún los números.
Me gustaría explicar el por qué es importante que el niño manipule y juegue mucho, sobre todo en lo que nos referimos a las extremidades superiores, brazos y manos. Los niños desarrollan su control motor de dentro hacia fuera. Eso significa que antes de llegar a manejar bien los dedos, de hacer la suficiente presión para coger un lápiz, es necesario que tenga un buen desarrollo del hombro, el antebrazo, las muñecas, las manos, para llegar hasta los dedos. Por eso deben jugar mucho y no se les debe obligar en exceso a coger lapiceros si ellos no muestran mucho interés para ello en edades tempranas, pues lo que conseguiremos es que adopten una posición forzada para la que no estaban preparados (hablamos de antes de los 6 años).
Una vez superada esta fase, nos podemos encontrar otro problema, como son las faltas de ortografía o el poco interés que muestran por la lectura o el hecho de que no son capaces de comprender el texto de una lectura y estas cosas están muy relacionadas con todo lo comentado anteriormente. Si hacemos una excesiva presión demasiado artificial porque aprendan rápido a leer y ellos se ven incapaces y se frustran no crearemos el gusto por la lectura.
Tenemos que iniciarlos con cosas que sean de su interés, como conocer las letras de su nombre, de los nombres de la familia, los días de la semana, cosas que a los niños les resulten útiles y sobre todo, los niños leerán si los mayores leen. Si en casa ven que hay momentos para dedicar a la lectura, que tienen libros a su alcance que les gusten se interesaran más. A la vez mientras más lean, menos faltas de ortografía tendrán y más capacidad de comprender lo que leen.
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